Lectura del libro "Cierta es la tarde" por Octavio Uña Juárez
De claridad cegados
"...que con la luz nacida
podrá ser nuestra esfera esclarecida"
Fray Luis de León
Dichoso aquel que enciende su candela
en tinieblas de noches y adelanta
la luz, para el inicio
y nombre de las cosas.
Que un sistema solar, manso y vivísimo,
secretos caminaba
del ojo al corazón.
Era blanca y lucía
como manto de aurora,
como vela del alba.
O.U.
Pedro Laín Entralgo, autor del prólogo de Castilla, Plaza Mayor de soledades.
Referencias a Octavio Uña Juárez en la tesis doctoral:
Testimonios Históricos y Literarios del Monasterios de San Lorenzo El Real de El Escorial. Tesis doctoral de D. Carlos Ramón Ortega Barnuevo, dirigida por el Dr. D. José María Díez Borque, catedrático de literatura española, departamento de Filología Española II, Universidad Complutense de Madrid.
Y hasta hubo señores potestades
y hasta edictos de imperios tan celestes, que dijeron
haber vencido en piedra
al mismísimo tiempo.
Mas la hiedra, el orín, el moho y la ceniza
dieran con los mármoles en légamos. Y vieras
en la ciénaga dioses tan ilustres, conditores,
guerreros, palinuros,
diosas de luz y cántico en los labios
con sus sándalos rotos
(que allí oirás, en Babilonia o Mitla
el viejo testamento).
Que hoy, por enero, ya tercer milenio,
tomo mi té por la muralla china,
oigo las voces de los astros: y eran
truenos o requiem, gran responso y ayes
de las muertes redondas y aturdidas.
O.U.
O.U.
Con motivo del Día de las Letras, poema de Octavio Uña dedicado a.D. Quijote y leído en la Plaza de las Cortes, ante la estatua de Cervantes. Acto organizado por la Casa de Castilla La Mancha en Madrid con la intervención de varios poetas y la presencia de autoridades madrileñas y manchegas.
Deje adargas, Quijano, deshabite
yelmo y arnés.
Póngase brida, Don Quijote, inhíbase:
no sea el mundo, la historia o el destino,
no los aires o el sol o el firmamento
reinos para su afán y su andadura.
Deje lanzas, que dicen herrumbrosas,
viva a cuerpo, sin bronce por su músculo.
Siéntese en mayo y mire la gran reata
si de ovejas y cabras, si de mulos,
ya de humanos sin fin y polvareda,
tanta res errabunda al matadero.
Vaya a la baja, Don Alonso, arroje
nuevas defensas, circunvale y mure,
plante su lar y tierra sembradura,
mano en cuchillo de Albacete Arcos,
blanco vanadio y ágil molibdeno
(Fuera peste porcina en la ciudad,
fuera fiebre amarilla, fuera mugre,
fuera plaga de mil disenterías)
Nunca espada por báculo, Quijano,
siempre al día, a la luz, nunca a la estrella.
Siempre al día, a la luz: los largos sueños
duerman sus sombras.